JOSE MARIA COLCHADO, un asesinato, el último ataque de la pandilla que asaltaba con cuchillos fueron condenados

22 / 05 / 2020 | 20-28-4-2022
JOSE MARIA COLCHADO, un asesinato, el último ataque de la pandilla que asaltaba con cuchillos fueron condenados

  • José María Colchado fue asesinado a puñaladas en el Parque Sarmiento en 2020. Dos jóvenes en situación de calle fueron sentenciados. El dinero era para comprar drogas.

    La Cámara 5ª del Crimen de Córdoba, con la participación de jurados populares, impuso severas condenas a dos jóvenes que integraban una patota y que mataron a un muchacho a quien emboscaron para robarle en el Parque Sarmiento de Córdoba.

    La víctima fue José María Colchado, quien tenía 27 años, trabajaba, era el sostén de su familia y su pasión era la música. Todo sucedió el 10 de marzo de 2020, poco antes de la cuarentena.

    Los asesinos fueron Franco ?el Chino? Pérez y Mauricio Aguirre Guzzi (alias ?el Gordo?), quienes fueron sentenciados a las penas de 10 años y 3 meses; y 15 años y 3 meses de prisión, respectivamente, por el delito de homicidio en ocasión de robo.

    El tribunal impuso condenas similares con los pedidos que había pedido el fiscal de Cámara, Marcelo Fenol.

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    Los ahora condenados eran jóvenes en situación de calle que integraban una patota que se movía en barrio Nueva Córdoba, el Parque Sarmiento y la Ciudad Universitaria. Según surge de la causa, robaban para comprar drogas.

    Otras personas en situación de calle brindaron datos clave en la causa que permitieron dar con los asesinos.

    La víctima fue José María Colchado.

    ATAQUE BRUTAL

    Todo sucedió alrededor de las 4 de aquel martes 10 de marzo de 2020. José María Colchado regresaba a su domicilio luego de una juntada con amigos.

    Se dirigía a tomar el colectivo y encaró por el parque Sarmiento.

    A la altura de ?la plaza de los Aros? ? como se conoce a la plazoleta del Bicentenario- tuvo ganas de orinar y se adentró en un sector oscuro.

    Fue entonces que sucedió lo peor: unos ladrones lo emboscaron.

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    Con cuchillos, los delincuentes le exigieron el dinero y pertenencias.

    Se presume que el muchacho se habría resistido, por lo que fue apuñalado en el cuello y el tórax.

    José alcanzó a escapar, pero murió rato después.

    Los delincuentes, a todo esto, escaparon hacia el zoo.

    UNO CONFESÓ

    Apenas comenzó el juicio, el acusado Franco ?el Chino? Pérez levantó la mano y admitió haber participado en el asesinato. Se mostró arrepentido y pidió disculpas en la sala de audiencias.

    De hecho, a poco de haber cometido el crimen, se lo había contado a su novia y amigos.

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    De allí que fue sometido a un juicio abreviado y recibió la condena menor.

    No pasó lo mismo con el otro acusado: Guzzi.

    El acusado negó los hechos hasta último momento.

    Sin embargo, hubo un importante cúmulo de pruebas en su contra.

    Por caso, se demostró que, luego del crimen, Guzzi participó de un violento asalto contra un chico de 14 años, quien sufrió una golpiza.

    ?Nosotros somos lo que matamos al cheto del Parque Sarmiento hace poco. Nosotros violamos y matamos?, le dijo.

  • La Voz del Interior 18-5-2022

    Dos de los acusados, a juicio por matar a un pibe durante un robo en el parque Sarmiento.
  • Otros van al banquillo por un brutal ataque callejero.
  • Drogas y vidas al extremo.

Lo de ellos era básico, pero brutal. Nada de motos ni armas de fuego. Nada de logística ni demasiada preparación. Llevaban cuchillos y se dedicaban a asaltar a quienes pasaban caminando de noche. La patota atacaba a golpes, trompadas, patadas y puntazos. Algunas veces, amenazaban con abusar. Buscaban pertenencias fáciles de manotear y esconder. No importaba qué día (en realidad madrugada) fuera. Ellos ?picoteaban?.

Las emboscadas se daban en el parque Sarmiento y en Ciudad Universitaria por lo general, sitios que ?con la oscuridad como aliada? se convierten en trampa efectiva.

Muchas veces lo robado era invertido ya sea en paco, o en pastillas para tomar con vino o en las dosis de cocaína que el transa les vendía como ?alita de mosca?.

Todos vivían en situación de calle, entremezclados con aquellas y aquellos que, siendo también sin techo, se esfuerzan por trabajar y subsistir como sea, ante la vista de todos.

Uno de los robos se les fue de las manos: la víctima se resistió, quiso escapar y terminó asesinada a puñaladas en el cuello y el tórax.

José María Colchado tenía 27 años, trabajaba, era el sostén de su familia y su pasión era la música.

Aquel brutal asesinato sacudió a Córdoba el pasado 10 de marzo, poco antes de que la cuarentena lo cambiara absolutamente todo.

El drama ocurrió en el parque Sarmiento de Córdoba Capital, a la altura de la ?plaza de los aros?, como se conoce a la plaza del Bicentenario.

Seis meses después, la causa ya fue enviada a juicio y se espera que el proceso oral se realice por videollamada en la Cámara 5ª del Crimen.

Los dos principales acusados son: Franco ?el Chino? Pérez (20) y Mauricio Alejo ?el Gordo? Aguirre Guzzi (20); a quienes el fiscal de instrucción Guillermo José González imputó por homicidio en ocasión de robo.

En paralelo, hay otra causa conexa por las que están acusados: (otra vez) ?el Gordo? Aguirre Guzzi, además de Sergio David Ferreyra y Renata Raissa Wiezbinski; a quienes el funcionario los responsabilizó por otro supuesto violento asalto callejero.

Ese caso sucedió apenas dos días después del crimen de Colchado.

Asesinato callejero

Eran las 4.15 de aquel martes 10 de marzo pasado, cuando José Colchado regresaba a su hogar, tras haber salido con amigos. Se dirigía a tomar el colectivo y encaró por el parque Sarmiento. Cerca de la plaza de los aros, sintió ganas de orinar y se metió en un sector oscuro.

Allí fue emboscado. Cuando quiso reaccionar, dos jóvenes con cuchillo ya lo habían rodeado y lo atacaban.

?¡Sueltenme! ¡Basta, basta! ¡Ya está! ¡Paren, paren!?, se le escuchó gritar.

Todo sucedió en segundos. Los ladrones le manotearon algunas pertenencias. Desesperado, el muchacho se resistió cómo pudo y terminó apuñalado en cuello y el tórax.

José alcanzó a escapar de la trampa y, sujetando el celular, corrió como pudo hacia avenida Deodoro Roca, donde justo pasaban unos amigos que volvían de practicar skate.

Alcanzó a pedirles ayuda, antes de desplomarse ya sin aire.

Los agresores vieron a los skaters y escaparon corriendo hacia el zoo.

En medio de un cuadro de desesperación, varias personas se acercaron a ayudar a la víctima. Mientras los testigos alumbraban con sus celulares, un automovilista intentó reanimar a la víctima. No había caso.

?Pilli?, como lo llamaban sus amigos, alcanzó a ser llevado al Urgencias, pero no quedaba nada por hacer. Romina, su hermana, se quejaría amargamente luego de que la familia se enteró de todo por los medios de prensa y no por la Policía.

Confesiones

La investigación comenzó sin suerte, hasta que un testigo se presentó y aportó datos clave.

El joven contó que, mientras estaba con amigos en una escalinata del Buen Pastor aquella madrugada, un individuo llegó corriendo y se puso a charlar. Se lo veía drogado, fuera de sí. Le sangraba una mano. Tomó cerveza, saludó a varios, se presentó como ?el Chino?, se cambió la remera y largó que se la ?había mandado?.

Cuando le preguntaron qué hizo, contó que había querido asaltar a un joven, pero que ?todo había salido mal? y lo había matado.

Con esa información, los investigados comenzaron a recorrer la zona y a entrevistar a naranjitas, limpiavidrios y a numerosas personas en situación de calle.

No tardaron los pesquisas en comprobar que ese ?Chino? existía, que andaba en la calle sin trabajo y que, según los testigos, se dedicaba a robar junto a compinches. Lo ganado se invertía, por lo general, en drogas.

Así fue que algunos sin techo que subsisten en el mismo parque Sarmiento aportaron datos y más supuestas confesiones del ?Chino?.

?Lo cagué a puñaladas a ese chico; lo maté?, habría contado varias veces, ya perdido en llantos. El sospechoso decía que estaba empastillado.

Hasta una novia del acusado relató una confesión muy parecida.

Franco Pérez, ?el Chino?, fue atrapado a las pocas horas mientras dormía en una plaza. Tiene 20 años, es santafesino y en la fiscalía ya admitió que está ?perdido por las drogas?.

Mientras continuaba la investigación para dar con el otro sospechoso ?Mauricio Aguirre Guzzi, identificado como ?el Gordo??, los pesquisas se dieron con que dos jóvenes y una chica habían sido detenidos, dos noches después del asesinato, por otro violento asalto callejero en Ciudad Universitaria.

La víctima había sido un adolescente de 15 años quien fue emboscado, golpeado, patoteado y asaltado. Hasta con un tronco le pegaron. Uno de los delincuentes, tras decirle que iba a violarlo, le gritó: ?Somos los que matamos al ?cheto? en el parque?.

El pibe escapó como pudo hasta una estación de servicio. Unos policías, que justo pasaban por allí, detuvieron a tres sospechosos mientras se iban corriendo. No fue fácil esposarlos, uno se resistió a los golpes.

La sorpresa llegó al identificarlos: uno de ellos era ?el Gordo? Aguirre Guzzi, precisamente quien tenía pedido de captura por el crimen ocurrido en el parque Sarmiento. Los demás fueron identificados como Sergio David Ferreyra (con tres juicios pendientes por asaltos) y Renata Raissa Wiezbinski. Los tres deben responder ahora por robo calificado y resistencia a la autoridad.

Guzzi, a su vez, está imputado por homicidio en ocasión de robo.

Compromiso de los testigos. Desde el seno de la investigación, así como impacta la violencia esgrimida por varios jóvenes (varios de ellos con serias adicciones), también se resaltó el compromiso de muchas personas sin techo que colaboraron de manera desinteresada con la causa. Varias de estas personas, venciendo incluso el miedo y aquello del ?no te metás?, testificaron de manera contundente a la hora de identificar y brindar datos sobre los principales acusados por el crimen: Franco ?el Chino? Pérez y Mauricio Alejo ?el Gordo? Aguirre Guzzi.

La Voz del interior 14-9-20

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