Tamara Gómez

Me pegaron, mami? Me pegaron... ¡Ay, me duele!?.

A sus 13 años, Tamara Elizabeth Gómez alcanzó a llevarse las manos al pecho, del cual le brotaba sangre, y se desmayó. Un proyectil 9 milímetros acababa de alcanzarla. La chica estaba con su madre haciendo compras en una verdulería cuando quedó en medio de una feroz pelea a balazo limpio que protagonizaban dos pandillas de jóvenes en la calle. Fue una lluvia de balas, principalmente de alto calibre. Caía la tarde y había empezado a llover aquel lunes 18 de febrero de 2013, cuando se desató el drama en barrio Villa Urquiza, ciudad de Córdoba.

Tamara alcanzó a ser llevada en un auto a un instituto médico cercano, pero los médicos no lograron salvarla.

Dos años y dos meses después, cuatro jóvenes fueron enviados a juicio. El fiscal Emilio de Aragón los acusa por homicidio calificado por el uso de arma de fuego. A uno de ellos le agravó la calificación del crimen por la supuesta participación de un menor de edad.

El presunto autor del disparo (?A.?) que acabó con la vida de Tamara tenía 15 años al momento del homicidio. Está preso en el Complejo Esperanza por decisión de un juez de menores.

Los sospechosos eran vecinos de la misma barriada y, según la causa, formaban parte de dos barras enfrentadas por una rivalidad que se había exacerbado un día antes por una pelea a las trompadas en la calle.

El caso de Tamara es una muestra más de la violencia urbana que se sufre en distintos puntos de Córdoba, donde simples familias terminan siendo presas y víctimas de enfrentamientos de jóvenes que obtienen armas como nada y donde la venta y consumo de drogas es un drama sin fin.

Fueron a matarse

Eran las 20 de aquel lunes y las calles de Villa Urquiza estaban plagadas de grandes y chicos. Los primeros hacían compras, volvían de trabajar o buscaban alivio al verano en la vereda. Los niños jugaban tranquilos.

De pronto, tres jóvenes pasaron caminando a paso cansino. Uno de ellos llevaba, tranquilamente, una 9 milímetros en la mano derecha. Lo seguía otro pibe armado y escuchando música con su celular. Al menos un tercero completaba el grupo.

Según la investigación eran parte de Los Moncholos, una barrita asentada en Villa Urquiza y sospechada de distintos robos y arrebatos.

En el cruce de las calles Victoria e Igualdad (al 4600 de avenida Colón) se parapetaron detrás de un viejo Renault 12. Esperaban a sus rivales. A los pocos minutos, pasó una Honda 125 negra con tres jovencitos a bordo. Los dos que iban detrás del que manejaba eran chicos.

Conformaban un grupo rival de Los Moncholos y habitaban las mismas calles. Los tres de la moto frenaron y se bajaron. También llevaban armas.

No hubo insultos, ni gritos. O si los hubo, los vecinos no los recuerdan. Lo que todos tienen grabado fue el violento enfrentamiento a balazo limpio.

Se llegaron a oír más de 20 potentes disparos. Algunos relataron más de 30. En un momento, alguien gritó: ?¡Vamos a buscar más balas!?.

Tamara estaba con su madre en una verdulería, ajena a todo, cuando recibió un balazo.

El griterío y las corridas por la caída de la jovencita derivaron en que los grupos escaparan.

No fue fácil para los investigadores hallar a los sospechosos. El miedo y el temor a represalias fueron obstáculos para lograr testimonios. Sin embargo, la investigación avanzó y terminó con cuatro sospechosos: Gustavo Emanuel Juncos (21), Matías Sebastián ?Chupetín? Loza (23), Franco Gabriel ?Matos? Pérez (20), supuestos miembros de Los Moncholos, y el presunto rival, Juan Carlos ?el Tuerto? Pérez (22).

Permanecen presos en Bouwer. Eso sí, separados.

La Voz del Interior 21-4-15


Dictaron la prisión preventiva a los asesinos de Tamara

Día a Día 12-9-2013


Me pegaron mamá?, fue lo último que dijo Tamara Gómez (13), la noche del 18 de febrero, afuera de la verdulería de ?Lalo?, en Villa Urquiza, luego de que la bala 9 milímetros disparada por un menor de 15 años le atravesara el pecho después de rebotar en la persiana de un negocio.

Por ese hecho, el fiscal del Distrito 4 Turno 1, Ernesto De Aragón, dictó prisión preventiva a tres integrantes de la banda ?Los Moncholos? y a otro joven más que participó junto a otros dos menores de una emboscada en calle Victoria y pasaje Cabero.

La madre de la víctima, Rosario Nicolasa Bebelaqua, se constituyó como querellante particular bajo la asistencia del abogado Carlos Nayi.

Uno de los menores, que aún continúa preso, sería el autor del disparo mortal, el resto, copartícipes del homicidio, deberán seguir detenidos hasta el juicio.

Emboscada. La banda de ?Los Moncholos? se la tenía jurada a ?Gustavito? Juncos (19), y a los menores Carlos (15) y Darío (15). Todos, alguna vez, compartieron la pelota en la cancha de fútbol cerca ?del Carrefour? e intercambiaron insultos que con el tiempo se transformaron en balas.

?Perros, otarios y cabeza de turco?, fueron las palabras que según se desprende del testimonio de uno de los imputados, habrían generado la bronca de los hermanos Franco ?Matos? Pérez (18) y Juan Carlos ?Tuerto? Pérez (20), además de Matías ?Chupetín? Loza (20), todos integrantes de ?Los Moncholos?, una de las bandas temidas por los vecinos de Villa Urquiza.

La banda de Juncos y esta última, ya habían tenido varias ?batallas? a las piñas y amenazas a los tiros.

La noche de lunes 18 de febrero, alrededor de las 20, muchos testigos vieron pasar a ?Los Moncholos? frente a la verdulería de ?Lalo?, casi en la esquina de calle Victoria e Igualdad.

?Matos? caminaba con un arma calibre 22 en la mano hacia la Costanera junto al ?Tuerto?, ?Chupetín? y otro joven apodado ?Chino?, quien luego se separó del grupo. A media cuadra de la verdulería, en la esquina de pasaje Cabero, esperaron escondidos detrás de un Renault 12.

Por Victoria, siempre rumbo al río, venían Juncos, Murúa y Darío en una moto. Los tres vieron a ?Los Moncholos? escondidos, pasaron junto al auto estacionado y, metros más adelante, Murúa y Darío se bajaron a increparlos.

?Te vamos a matar Tuerto?, dicen los testigos que gritaron antes de las balas. ?Los Moncholos? habrían disparado primero, se ocultaron detrás del 12 y recibieron la respuesta de las 9 milímetros que portaban Murúa y Darío.

En total se pudieron contabilizar unas ocho balas, pero los vecinos aseguran que fueron decenas. Varias disparadas por Murúa, parado en medio de la calle mientras ?Chupetín, el ?Tuerto? y ?Matos? huían con dirección a la verdulería donde estaba Tamara.

Los miembros de la banda que emboscó y huyó quedaron imputados como coautores de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, Juncos, como partícipe necesario. Carlos y Darío, bajo la custodia de un juez de Menores.

9mm. El proyectil que atravesó el pecho fue identificado. Se sabe quién disparó y desde dónde. En las persianas (foto) quedaron los indicios de la balacera.

La bala rebotó y mató. Una bala calibre 9 milímetros le atravesó el pulmón y el corazón a Tamara justo en el mismo momento en que su madre, Rosario, le pedía que entrara a la verdulería por los tiros. Rosario vio los gestos de dolor de su hija, corrió a la vereda y la sostuvo en brazos.

?Le pegaron a la nena?, gritaron los clientes, entre los que se encontraba una mujer embarazada. Sobre calle Victoria había un grupo de chicos jugando a la pelota.

?Los Moncholos? giraron en la esquina de Igualdad y los proyectiles impactaron en las paredes y persianas verdes del comercio de la esquina.

Según el informe balístico ordenado durante la investigación, el ?proyectil extraído a la víctima muestra una cara aplanada probablemente por roce o rebote? lo que les permitió inferir que ?la bala rebotó en ese lugar (la persiana ?foto?) e ingreso en el cuerpo de la niña?.

Esa noche, un Fiat Duna rojo reemplazó a la ambulancia y su conductor llevó a la víctima al Instituto Cardiológico donde finalmente murió.

Los testigos tardaron en contar los hechos y los imputados, asesorados, hicieron silencio. Tamara espera justicia.

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Dictan prisión preventiva para los acusados de matar a una niña

Lo resolvió la Fiscalía del distrito 4 Turno 1 de Ernesto De Aragón. Los siete detenidos están acusados de homicidio agravado por el uso de arma de fuego por la muerte de Tamara Gómez de 13 años, durante un enfrentamiento en Villa Urquiza. La madre de la víctima se constituyó como querellante.

La Fiscalía del distrito 4 Turno 1 de Ernesto De Aragón dictó la prisión preventiva para los siete acusados por la muerte de Tamara Gómez, la niña de 13 años que perdió la vida durante un enfrentamiento entre barras en barrio Villa Urquiza, el 18 de febrero último.

Los detenidos son cuatro mayores y tres menores imputados por homicidio agravado por el uso de arma de fuego.

La madre de la víctima, Rosario Nicolasa Bebelaqua, se constituyó como querellante particular bajo la asistencia del abogado Carlos Nayi.

La Mañana de Córdoba 11-9-2013