MONICA DEL VALLE MOLINA

El viudo de Mónica del Valle Molina se constituyó esta mañana en querellante particular en la causa que investiga su asesinato y el ocultamiento del cadáver en Colanchanga, cerca del dique La Quebrada.

Acompañado del abogado Carlos Nayi, Rubén Eduardo Landini se presentó en la Fiscalía de Liliana Copello y solicitó el cambio de carátula a homicidio calificado por alevosía.

En la causa están detenidos el ex novio de la mujer, Ítalo Juan Herrera y un colaborador de éste, Gustavo Castillo.

La defensa sostiene que existió alevosía porque los presuntos autores actuaron sin riesgo personal, a traición y aprovechando el estado de indefensión en que estaba la víctima.

Según Nayi, el ex novio de Mónica estaba forzándola a reiniciar una relación que se dio cuando eran adolescentes.

La víctima era buscada desde el 4 agosto de 2011 y fue encontrado enterrado en un descampado el 16 de julio pasado.

La Voz del Interior 13-8-2013


Descalza, con jeans azules, su polera blanca y su pulserita dorada en lo que fue su muñeca, enterrada a menos de medio metro en el suelo serrano y tapada con piedras. Así fue encontrada muerta, el martes, Mónica del Valle Molina (48), quien estaba desaparecida desde hacía 22 meses en Córdoba. “Moni” fue ubicada en una estancia de Colanchanga, a tres kilómetros de Río Ceballos, lugar donde vivía el ahora principal acusado: Ítalo Herrera (48), su exnovio de la juventud.

Herrera está imputado por homicidio simple; mientras que su amigo Gustavo Castillo (40) fue acusado como partícipe secundario del mismo delito.

Ahora, ¿cómo llegaron los pesquisas hasta Mónica?

En parte, por el testimonio clave de una mujer cercana a uno de los acusados, quien declaró que uno de ellos le habría confesado el crimen, abrumado por el peso de la conciencia; además del análisis y rastreo de celulares de los involucrados.

Para la fiscal Liliana Copello y los investigadores, Mónica (casada y madre de tres hijos) fue víctima de violencia de género: un femicidio. La sospecha es que todo habría sido parte de un triángulo amoroso. Creen que fue ahorcada o apuñalada.

Mónica, empleada doméstica, había desaparecido el 4 de agosto de 2011 en Córdoba capital cuando volvía de la casa de su padre, en Villa Allende.

La pesquisa avanzó al principio, pero luego se empantanó. En abril, la fiscal convocó a los pesquisas de Homicidios y se decidió rehacer todo. Los sabuesos, en base a testimonios de la familia de Mónica, llegaron al exnovio: Ítalo Herrera. El albañil admitió haber estado esa noche con “Moni”, pero añadió que se marchó “viva”.

Los policías empezaron a analizar horarios, testimonios y recorridos, y notaron contradicciones en Herrera, quien se acababa de separar de su mujer. La pesquisa se profundizó en él. Se analizaron llamadas telefónicas y se hizo un rastreo de sus celulares y de la víctima. Las señales se perdían en un lugar: Colanchanga, donde reside Herrera, en una vieja casa familiar. Los pesquisas entrevistaron a los íntimos de ambos sospechosos. Así fue que dieron con una mujer que declaró lo que Herrera le habría dicho, abrumado por su conciencia. Se decidió entonces excavar en su casa. La búsqueda no daba resultados, hasta que alguien vio el montículo con piedras...

 

La Voz del Interior 16-7-2013