EL CALVARIO DE QUIENES DENUNCIARON ABUSOS DEL PASTOR

13 / 06 / 2018 | casosjudiciales0
EL CALVARIO DE QUIENES DENUNCIARON ABUSOS DEL PASTOR

  • Según las víctimas de la iglesia evangélica de Jesús María, Arturo Peralta las encerraba en su oficina y las manoseaba.
  • Las amenazaba con contar sus secretos y les decía que cuestionarlo era el peor de los pecados.

?Muchas mujeres se ponían muy mal. Salían llorando cuando él las convocaba a su oficina. Algunas salían y se metían media hora en el baño, y se las escuchaba mal, desconsoladas. Una vez, cuando a una chica le dijeron que el pastor la llamaba, se orinó encima?.

De este modo, dos de las mujeres que denunciaron ser víctimas de abusos sexuales por parte de Arturo Humberto Peralta (55), de la iglesia evangélica Josafat, de Jesús María, relatan cómo era el calvario al que él presuntamente las sometía: ser manoseadas sin poder decir ni contar nada.

Peralta está detenido desde marzo pasado, cuando un grupo de mujeres se atrevió a hacer la presentación judicial.

Ahora afronta la acusación de 12 abusos sexuales, dos de ellos con acceso carnal.

Como conocía sus secretos y supuestamente obraba en ?nombre de Dios?, las mujeres no se atrevían a hablar o a denunciarlo por temor a que él contara intimidades o les ?cayera una maldición? sobre su vida o la de sus seres queridos, según consta en la causa.

La Voz entrevistó a dos de ellas, denunciantes en la causa que hoy instruye el fiscal Guillermo Marcelo Monti (la prisión preventiva había sido dictada por el fiscal itinerante Martín Berger).

Peralta tenía una fuerte ascendencia sobre la amplia comunidad de su iglesia, ubicada frente a la ruta nacional 9 norte. Familias completas concurrían a las más diversas actividades que desarrolla la sede religiosa, en especial a las reuniones generales de los miércoles y los domingos (similares a las misas de los católicos).

Pero con las mujeres jóvenes y adultas, el pastor tenía al parecer un trato diferente. A muchas de ellas las citaba a su oficina para hablar de cuestiones personales. Se aprovechaba, según lo denunciado, de que muchos miembros de esta feligresía concurren a la iglesia evangélica para encontrar soluciones a problemas delicados, con la fe de encontrar una respuesta espiritual.

Las dos mujeres que accedieron a hablar con este medio comentaron de qué modo Peralta las manipulaba para que le contaran sus secretos, cómo luego comenzaba a propasarse, y después la forma en que las atemorizaba para que aceptaran esa situación y no hablaran.

?Le cuento que había sido abusada desde niña y una gran cantidad de cuestiones muy personales. En ese momento, lloro, y él me abraza. Me sentí incómoda y le dije que no me gustaba eso. Entonces, me vuelve a abrazar, me da dos palmadas y empieza a respirar excitado. Me empieza a pasar la mano por la espalda y llega a la cola?, dice una de ellas en medio del llanto.

Cuando se apartó, él le dijo que estaba pensando mal de él, que ella estaba mal y si no le hacía caso, no lo iba a superar, según el relato de la mujer.

Peralta les daba cursos de autoridad y sumisión, en los cuales los asistentes debían subordinarse totalmente a lo que dijera el pastor. A ellas les decía que ?los pecados de la carne tenían perdón?, pero los pecados contra la autoridad del pastor no lo tenían.

A la par de que eran manoseadas, se enfrentaban al ?dogma? de tener derecho a cuestionar. ?Si Dios lo puso ahí, no podíamos hablar mal del pastor. Si alguien lo hacía, iban a recibir castigo su familia, sus hijos, su perro o su gato?, sostienen las víctimas.

En la Justicia. Peralta (a la derecha) con su abogado. (Radiojesúsmaría.com.ar)

Ni murmurar

Tampoco podían hablar entre ellas de cualquier cosa que les pasara. Sólo tenían que contarle a él. Si alguien de la comunidad hablaba mal del pastor, debían comunicárselo.

Siempre apoyándose en la Biblia, usaba el pasaje de María y Aaron, en el que no se podía murmurar. Ellas no podían hablar a escondidas y tenían prohibido contarse cosas. Sólo debían dialogar con el pastor.

Cualquier salida de esta regla estricta era castigada con creces, siempre según las denunciantes. Agregaban que en la próxima reunión Peralta humillaba en público a la que había traicionado la cláusula de silencio: comenzaba a contar secretos de ella, de los más íntimos, empezando por los más ?leves? y siguiendo con los ?peores?. Esto se hacía frente a las mejores amistades, los padres o los maridos.

?No me sentía bien por pensar mal? del pastor, señala una de ellas. ?Teníamos la incertidumbre de si hacíamos bien o mal, pero era la voluntad de Dios, y hablar en contra de Peralta, su esposa o sus hijos era el peor de los pecados que podíamos cometer?.

?Nosotras no teníamos vida privada, teníamos vida pública. Y debíamos contarle todo?, recuerda una de las víctimas. ?No podíamos faltar a ninguna reunión, en años. Si se enfermaban nuestros hijos, no teníamos justificación. Si no cumplíamos con esto, iba a caer una desgracia sobre la familia?, completa. ?Si usted se queda con su familia, usted echa maldición sobre su familia?, era otra frase.

La otra víctima señala que también era abrazada por el pastor cuando la convocaba a su oficina. ?Por su contextura física (gordo), no podía ?apoyarme?, pero me apretaba y empezaba sus caricias en la espalda, después me tocaba la cola?.

?Llegué al punto de dejar que me abrazara para poder irme?, recuerda angustiada.

En su casa, cuando podía hablar con su marido, este no le creía, por el alto concepto que tenían del pastor.

?Yo sé muchas cosas de la gente?, repetía en las reuniones el ministro para mantenerlas calladas, frente a sus familias. ?No había nada para hacer, porque nadie te creía?, es la constante que refieren las víctimas.

Espíritu de seducción

Una de las mujeres, que había sufrido abusos cuando era niña, contó que Peralta le dijo que él podía ayudarla porque tenía ?el espíritu de seducción? que se había metido dentro de ella cuando sufrió ese trauma.

?Como yo lo tenía, atraía afuera?, recuerda que le dijo. Yo creía que ?el espíritu seductor iba a estar presente toda mi vida? y ?él me dijo que la única forma de sacarlo era acostándome con él?.

Según su relato, ?siempre buscaba la forma? para llegar a ese punto y justificar sus manoseos.

?Lleva tiempo, pero trabaja con las personas conociendo sus puntos débiles?, refiere una de las víctimas, quien relata que a otra mujer le dijo que la muerte de su hermano en un accidente y la de su primer hijo eran consecuencia de algo que había hecho mal en su vida.

Para sellar su pacto de silencio, les decía a sus víctimas: ?Al que bendigas, yo bendeciré; al que maldigas, yo maldeciré?. Era una de las tantas amenazas extorsivas que utilizaba cuando sospechaba que podían denunciarlo, cuentan ellas.

El derrumbe

Pero todo comenzó a derrumbarse cuando algunas de las víctimas empezaron a quebrarse. Dos días antes de la primera denuncia ?el 18 de marzo último?, Peralta se decidió a hablar con el esposo de una de las dos mujeres a las que habría abusado, con acceso carnal, según lo investigado. Le dijo que ?le había hecho mucho daño? a ella y a sus dos hijas.

Luego, terminó confesándole que se acostó con ella y que estaba arrepentido.

El hombre exigió hablar con la esposa del pastor y le contaron todo. En el seno familiar, eso parece no haber repercutido mucho. Hacia afuera sí.

La primera denuncia fue realizada en conjunto por cinco mujeres. Una semana después, se presentó otra, al día siguiente otra y cuando detuvieron al pastor, se animaron a denunciar tres más.

Las mismas víctimas señalan que hay más de una decena que no se atreve a hablar.

Desde que cayó preso, la FM Radio Activa de la iglesia ?La frecuencia de la vida? trató a las denunciantes de ?ratas, cucarachas, bichos endemoniados?. Las dos mujeres que hablaron con La Voz señalaron que la esposa del pastor está contactando a otras víctimas y les dice que si hablan, ?el mal se va a propagar a sus hijos?.

Ambas entrevistadas aseguran que desde afuera parece increíble que hayan estado alienadas de tal modo, pero dicen que no podían salir de tal encierro.

?Después de haber confiado tanto en esta persona, no tenemos dónde asentar la vida?, dice entre lágrimas una de ellas.

Más de dos meses preso: El caso

El pastor es el único acusado. Asumió un nuevo fiscal.

El pastor evangélico Arturo Peralta (55), de la iglesia Josafat, de la ciudad de Jesús María (ubicada a 50 kilómetros de la capital cordobesa), permanece detenido desde el 26 de marzo. Fue imputado por la presunta comisión del delito de abuso sexual con y sin acceso carnal de 12 mujeres mayores de edad. Martín Berger fue el fiscal que inició la investigación y que, además de la detención, ordenó una serie de peritajes técnicos y psicológicos. Luego de firmar la prisión preventiva contra Peralta, Berger se apartó, ya que asumió el nuevo fiscal de instrucción de Jesús María, Guillermo Marcelo Monti. La sede de la iglesia evangélica, donde habrían ocurrido los abusos denunciados, está ubicada en avenida presidente Perón, paralela a la ruta nacional 9 norte.

La Voz del Interior 13/6/2018

Lo dispuso el fiscal Martín Berger en contra de Arturo Humberto Peralta (55) el ministro de la iglesia Josafat. Se le adjudican 12 hechos en perjuicio de mujeres de entre 22 y 48 años.  

El fiscal de Instrucción Itinerante Martín Berger dictó la prisión preventiva del pastor evangélico de Jesús María, Arturo Humberto Peralta (55), acusado de 12 hechos de abuso sexual agravado por su condición de ministro del culto religioso. 

Peralta había sido detenido a fines de marzo y estaba pendiente la resolución de su situación procesal, a partir de la acumulación de pruebas, en especial de denuncias de mujeres de entre 22 y 48 años que declararon haber sido abusadas.

De los 12 hechos, dos de ellos fueron con acceso carnal.

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El victimario se valía de su condición de religioso y recibía a personas humildes y vulnerables a partir de dificultades personales, laborales, familiares o de pareja por las que concurrían a la iglesia Josafat, frente a la ruta nacional 9 Norte. 

Su ardid consistía en pedir que le confiaran sus problemas, en ocasiones secretos íntimos, para luego extorsionar a las mujeres amenazándolas con divulgar lo que sabía de ellas. 

En general, el abuso consistía en tocamientos por fuera o por debajo de la ropa, pero en dos ocasiones accedió carnalmente a dos de las víctimas. 

El primer hecho data de 2010 en la ciudad de Córdoba. 

En la causa actúa como querellante Carlos Nayi, en representación de cuatro mujeres víctimas. 

La Voz del Interior 28-5-18

La Fiscalía de Instrucción de Jesús María citó durante los últimos días al pastor evangélico Arturo Peralta (53) para ampliar la declaratoria y detallarle los hechos de los que lo acusan 10 mujeres que pertenecían a su feligresía y que aseguraron haber sido abusadas sexualmente por él.

Acompañado por su abogado, Jorge Johnson, el pastor se limitó a negar los hechos y a formular algunas aclaraciones sobre algunos de esos casos.

En manos del fiscal Martín Berger ya está el resultado del peritaje psiquiátrico de rigor que describió a Peralta como una persona consciente de la criminalidad de los actos que se le endilgan. Ahora el fiscal evalúa el peritaje psicológico para saber si de allí surgirá algún rasgo de personalidad compatible con el tipo de conducta que le atribuyeron las denunciantes.

 

 

Para la Fiscalía, los relatos formulados por las supuestas víctimas fueron coherentes, sostenidos y verosímiles, y se descartó que alguna de ellas haya fabulado sobre lo que narró ante el fiscal, de acuerdo con otros peritajes.

 

Fuentes con acceso a la causa confirmaron que, con todo el material probatorio reunido hasta ahora, la decisión sobre el resto de la investigación es que Peralta continúe preso en el penal de Bouwer. Está detenido desde el 27 de marzo.

Se teme que el pastor entorpezca la investigación si queda en libertad, habida cuenta de las amenazas que vienen recibiendo las víctimas y sus familias desde que se hizo pública la denuncia.

Nueve de los casos que le atribuyen al pastor ocurrieron en Jesús María y el restante en la ciudad de Córdoba.

De esos nueve, ocho fueron sin acceso carnal y consistieron en tocamientos por encima y por debajo de la ropa interior.

En el restante, la mujer lo acusó de haber aprovechado una crisis matrimonial para incitarla a mantener relaciones sexuales. Luego, la había amenazado con hacerlo público ante toda la comunidad.

A diferencia de otros hechos de abuso en los que un peritaje médico rápidamente puede constatar la violencia física ejercida, en estos casos, operaba una violencia psicológica y la resistencia física era vulnerada mediante engaños, falsas promesas de liberación espiritual y con amenazas posteriores de contarles a las parejas de las mujeres sobre esos ?engaños?, según entienden los investigados.

Según refirieron, Peralta siempre victimizó a mujeres mayores de edad, a las que hacía concurrir solas a su oficina, pegada el templo, y sin ningún testigo y a puertas cerradas consumaba los abusos. No dejaba registros vía redes sociales, ya que las convocaba vía llamadas telefónicas.

Todavía no están los peritajes sobre el teléfono y una tablet con el objetivo de buscar datos que conecten lo que narraron las mujeres.

Abuso de poder

El modus operandi del pastor consistía en usar los secretos del sacramento de la confesión y utilizarlos para extorsionar a sus víctimas, según la causa.

Los testimonios de las víctimas coincidieron en que el hombre las amenazaba con revelar secretos a sus seres cercanos y familiares.

Su silencio tenía un precio: que ellas se dejaran manosear .

?Nos citaba para hablar y cerraba la puerta del frente con llave y la otra puerta que da a la iglesia con traba. Ahí empezaba. Yo hasta llorando le pedía que me dejara ir, que me soltara, que yo no quería. En algunos casos, te dejaba y en algunos no?, narró una de las víctimas tras la detención de Peralta.

Según trascendió, una de las argucias que habría utilizado el pastor de la iglesia Josafat para vencer la resistencia de sus víctimas era presentarse como la única alternativa para liberar a las mujeres del ?demonio de la sensualidad? que las habitaba.

La Voz del Interior 26-5-18

 

Jesús María: trasladan a Bouwer al pastor acusado de abuso sexual

Se trata de Arturo Peralta, el pastor de 52 años que está imputado por ocho casos de abuso. Este viernes declaró en Tribunales. La pena podría llegar a los 20 años de prisión.

El pastor Arturo Peralta negó los 8 casos de abuso por los que es acusado - Foto: Radio Jesús María

El pastor evangélico, Arturo Peralta, fue trasladado a la cárcel de Bouwer. Así lo informó el fiscal Martin Berger, que no descarta que en las próximas horas aumenten los casos de presuntas víctimas en otras jurisdicciones como la ciudad de Córdoba.

El funcionario analizará en los próximos días el contexto del expediente, las pruebas y declaraciones y decidirá sobre la situación procesal. El acusado declaró en Tribunales acompañado de su abogado Jorge Johnson. En su declaración, negó los 8 casos por los que es acusado en la localidad de Jesús María.

En tanto que el abogado Carlos Nayi, quien es querellante en seis de las denuncias, declaró en conversación con Radio Jesús María que de confirmarse las denuncias, se estaría frente a un verdadero depredador.

Además, el letrado explicó que la acción del pastor consistía en extorsionar a las mujeres que acudían a confesarse para evitar de este modo que opongan resistencia o lo denuncien.

La Mañana 6-4-18

El pastor evangélico de Jesús María acumula más denuncias por abusos

6 de abril de 2018   

LO MÁS IMPORTANTE

  • Ya son ocho las mujeres que declararon en contra de Arturo Peralta.
  • Hoy será llevado ante el fiscal y la semana próxima le podrían dictar la prisión preventiva.

La Fiscalía de Instrucción de Jesús María notificó al pastor evangélico Arturo Peralta ?de la iglesia Josafat, de la ciudad ubicada a 50 kilómetros de la capital cordobesa? sobre la imputación que recae sobre él: la presunta comisión del delito de abuso sexual con y sin acceso carnal de ocho mujeres mayores de edad.

El fiscal Martín Berger ya solicitó los turnos correspondientes para hacerle a Peralta los peritajes psiquiátricos y psicológicos; y ahora, que ya se cumplimentaron esos trámites, fijó para hoy la declaración indagatoria.

Para Berger, quien viene instruyendo la causa desde que comenzaron a acumularse las denuncias, los dichos de las mujeres son congruentes, claros y precisos.

No hay motivo para dudar, sentenció Berger sobre la solidez de las acusaciones que tiene entre manos y que datan de tres años a esta parte.

El pastor, de 55 años, sigue preso luego de ser detenido el lunes de la semana pasada, pero la fiscalía también baraja la posibilidad de dictarle la prisión preventiva en función de que familiares de él vienen amenazando a las mujeres que lo denunciaron y a su entorno familiar, según trascendió en las últimas horas.

Antes de que eso suceda, hoy el fiscal escuchará los argumentos con los que el imputado se defenderá de las acusaciones, si es que decide no hacer uso del derecho a quedarse en silencio durante la indagatoria.

Según consta en el expediente de la causa, no se consumó acceso carnal en siete de los casos denunciados, pero en todos ellos medió por parte del pastor un argumento extorsivo para poder concretar los manoseos por encima y por debajo de la ropa de las mujeres: si no accedían, él iba a revelar secretos de confesión que ponían en riesgo sus relaciones de pareja.

La iglesia se llama ?Josafat? y está ubicada en avenida presidente Perón, paralela a la ruta nacional 9 norte.

Se trata de una iglesia muy concurrida y conocida de la zona, con bastantes feligreses, según indicó el fiscal horas después de destaparse la causa judicial.

En el caso en que sí se denunció un abuso con acceso carnal, el pastor habría aprovechado la crisis matrimonial de la mujer y, después de consumado el abuso, la amenazó con revelarle lo sucedido a su marido.

Peritajes

La fiscalía viene peritando objetos que se le secuestraron al religioso y que podrían vincularlo a las denuncias formuladas.

Entre otros elementos, figuran un teléfono celular, una tablet y un colchón que se retiró durante los allanamientos que ordenó Berger el lunes 26 de marzo.

Desde allí podrían rastrearse las llamadas que el pastor formuló, porque todas sus víctimas refieren que el mecanismo comenzaba con una llamada telefónica, con una invitación a presentarse en la iglesia sin compañía alguna, y terminaba con los supuestos hechos de abuso en una oficina que da al templo, y cuyas dos puertas se cerraban con trabas.

Ahora, se aguardan los informes que surjan de los peritajes que está llevando adelante la Policía Judicial.

Por su parte, el abogado defensor del pastor, Jorge Johnson, señaló que su cliente le aseguró que es absolutamente inocente y que niega rotundamente los hechos que se le endilgan.

Johnson ya había defendido en 2016 a otro pastor de una iglesia evangélica de Villa del Totoral, al que se lo acusaba por el supuesto abuso de una adolescente de 16 años de barrio Sierras y Parque, de la ciudad de Jesús María, y que tenía un retraso mental.

La investigación: Ocho casos

Las denunciantes son mayores de edad.

Arturo Peralta, pastor de la iglesia evangélica Josafat, de Jesús María, fue detenido el pasado 26 de marzo acusado de distintos casos de abuso sexual. Al principio, cinco mujeres mayores de edad dijeron que habían sido víctimas del pastor: cuatro denunciaron manoseos y una dijo que fue violada. Ahora, en la causa se juntaron otras tres nuevas denuncias. El fiscal Martín Berger aguarda una serie de peritajes sobre él y sobre distintos objetos secuestrados.

La Voz del Interior 6-4-18

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