ABORTO LEGAL O LEGALIZACIÓN DE UN CRIMEN INCLEMENTE, La Voz del Interior

ABORTO LEGAL O LEGALIZACIÓN DE UN CRIMEN INCLEMENTE, La Voz del Interior

El espíritu del polémico proyecto anida la inocultable intención de eximir de responsabilidad penal a quien interrumpe el proceso de gravidez dentro de las primeras semanas de gestación.

Semanas atrás fue presentado ante la Cámara de Diputados de la Nación el tristemente célebre proyecto de ley denominado ?Campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito?.

Esta propuesta legislativa contiene artículos que, en buen romance, persiguen reformular algunos preceptos legales contenidos en la ley penal de fondo, despenalizando en términos generales aquella acción consistente en la interrupción voluntaria del embarazo en las primeras 14 semanas del proceso gestacional.

Se funda esta avanzada en el ejercicio del derecho humano a la salud, espacio en el que toda mujer tiene derecho a decidir de manera voluntaria la interrupción del embarazo en ese período.

 

 

El espíritu del polémico proyecto anida la inocultable intención de eximir de responsabilidad penal a quien interrumpe el proceso de gravidez dentro de las primeras semanas de gestación. Este embate del legislador es el séptimo intento que ingresa al Congreso de la Nación, luego del estrepitoso fracaso que tuvieron los primeros por falta de votos suficientes para lograr su aprobación.

En distintos artículos, el proyecto dibuja una hoja de ruta respecto del lugar donde están habilitadas las personas para acceder a la práctica, plazos para formular el requerimiento y condiciones para ejecutar el acto.

Además, frente al supuesto de una violación, con el solo requerimiento y una simple declaración jurada de la persona ante el médico interviniente, se habilita el procedimiento.

El estado del articulado contempla pautas rectoras respecto del mecanismo operacional para habilitar la práctica abortiva y el rol de las autoridades de cada establecimiento asistencial.

De cara al escenario normativo penal en vigencia y la pretensión de reforma que instala por momentos un debate peligroso que gira en torno del verdadero valor de la vida humana y sobre el derecho a decidir acerca de su existencia o no, resulta de gran utilidad destacar que las razones que avalan en lo medular la avanzada reformista se apoyan en datos estadísticos que ubican al aborto como la principal causa de muerte materna en la mayoría de las provincias del país.

Sin embargo, la inclemente realidad descripta y la pretendida excusa invocada no resultan suficientes para justificar la aniquilación de una vida, aun a costa de pretender construir una empresa transformadora de pautas culturales que arrastran la necesidad de adaptar nuestra legislación a nuevos comportamientos humanos.

Ante un panorama tan desolador como inquietante, la primera reflexión que corresponde formular, y más allá por cierto de las opiniones médicas, científicas, religiosas o políticas, es que el aborto importa lisa y llanamente ?cualquiera sea el nombre de fantasía que se busque para rotular las formas? la interrupción anticipada de un embarazo, un crimen ejecutado de una manera cobarde e irracional.

La ejecución de un ser extremadamente joven al que se le corta de manera drástica, violenta e injusta la carrera por la vida exhibe una peligrosa confrontación entre ley positiva y ley natural. Jamás debe olvidarse que no se mide la entidad de un crimen por la edad biológica de la víctima sino por la gravedad de la acción que termina ocasionando la lesión y el aniquilamiento al bien más preciado: la vida.

No es más crimen matar a un niño de tres años que a uno recién nacido. En este contexto, debemos tomar conciencia de que hay vida a partir del mismísimo momento de la concepción.

A partir de los siete días posteriores a la fecundación, ya el minúsculo embrión envía un mensaje a la madre, que impide el proceso menstrual. A los 20 días, tiene un pequeño corazón que late, hay sangre que circula por sus venas y están presentes los rudimentos de sus ojos, raquis y cerebro.

A los 60 días, mide aproximadamente cuatro centímetros; es decir, es un niñito completamente formado, con cabeza, pies y manos.

A los tres meses, funcionan sus músculos, nervios, piernas y brazos, y a los cuatro meses hace verdaderas volteretas en el vientre de su madre, y es además capaz de distinguir el gusto dulce del amargo.

La creación que se describe no es otra cosa que una vida humana, y terminar con su proceso de crecimiento y desarrollo en cualquiera de sus estadios es un hecho aberrante.

Por ende, legalizar el aborto importa justificar un crimen que no sólo resulta incompatible con la dogmática penal que inspira la ley de fondo desde 1886, cuando nace el primer Código Penal en la República Argentina, sino que viola la ley de Dios en su quinto mandamiento: ?No matarás?.

La legalización del aborto en los términos propuestos importa lisa y llanamente justificar el crimen de un ser inocente al que de manera brutal e irracional se lo ejecuta condenándolo a muerte. Y muchas veces su propia madre ocupa el lugar del verdugo.

Ningún beneficio se aporta a la sociedad creando leyes que atentan contra el derecho a la vida, desconociendo que la madre no es la dueña de esa vida en los albores de la creación, en la etapa más vulnerable, en el momento que más la necesita.

Nuestra Constitución Nacional consagra una fuerte tutela a la vida. La vida es el primer derecho en ser reconocido, protegido y resguardado. El hombre es el eje y centro de todo sistema jurídico, y su vida tiene un valor fundamental, frente al cual los restantes valores revisten carácter meramente instrumental.

El aborto, después de la droga y la prostitución, exhibe el rostro visible del estado de degradación que se está viviendo, un crimen cotidiano que ofende a Dios, viola las leyes de un país y compromete el futuro de una nación.

No debemos olvidar nunca que la muerte, como realidad, se presenta como la antítesis del no ser frente a la tesis absoluta del ser, y que jamás el inefable valor de vivir cede frente a la detestable acción de matar.

La Voz del Interior 12-6-18

Cuéntanos que estás necesitando