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Maximiliano Sona

CONDENARON A PERPETUA

Los jueces, acompañados por jurados populares, sentenciaron a prisión perpetua por "homicidio criminis causae" al acusado Luis Ángel Cisterna Gilabert (27), al considerar que conocía a la víctima y la mató para que no lo denunciara.

Al otro imputado, Héctor Darío Medrano (26), le impusieron 15 años por "homicidio en ocasión de robo".

La lectura del fallo debió suspenderse porque los familiares de los acusados reaccionaron con violencia e insultos. La fuerte custodia policial no impidió que se produjeran disturbios que continuaron en los pasillos de Tribunales, y que arrojaron dos detenidos que serían parientes de uno de los condenados.

Maxi Sona fue asesinado poco antes de la medianoche del 10 de agosto de 2013 en barrio Artigas, en el sur de la Capital. La víctima corrió para pedir ayuda y fue ejecutada de un disparo en la nuca.

Dia a Dia 19-3-15


La Cámara Sexta del Crimen condenó hoy a perpetua a Luis Cisterna y a 15 años de prisión, a Héctor Medrano, por el crimen de Maximiliano Sona, de 25 años, el delivery que se resistió a un robo y fue ejecutado en agosto de 2013.
Daniel, padre de la víctima, en diálogo con Cadena 3 se mostró satisfecho con la sentencia. 
?Muy conforme. La verdad que vamos a tener un poco de paz. Es un alivio que esta gente, entre comillas, no va a molestar a nadie más?, señaló.
Durante la lectura del fallo, hubo incidentes con familiares por lo que el padre y un hermano de uno de los condenados fueron detenidos. Como consecuencia de los mismos, se produjeron roturas de vidrios.
Sona era jugador de la Liga Cordobesa de Fútbol, y una semana antes del robo fatal, había comprado una pizzería. Trabajaba haciendo un reparto cuando lo mataron en un asalto en barrio Artigas, en el sur de la ciudad de Córdoba. Corrió para pedir ayuda, pero fue ejecutado de un disparo en la nuca.

Cadena 3 19-3-15


La Cámara Sexta del Crimen finalmente condenó a cadena perpetua a Luis Cisterna Gilabert y a 15 años de prisión a Héctor Medrano por encontrarlos culpable del asesinato del joven Maximiliano Sona.

La familia de Javier Maximiliano Sona, había solicitado en carácter de querellante que el principal acusado sea penado con prisión perpetua, tal como se determinó este medio día.

En el caso del segundo acusado, se le aplicó la condena que había pedido el fiscal de Cámara, Marcelo Altamirano, que pidió 15 años.

Según señalaron los magistrados a través del veredicto, Cisterna fue hallado responsable de homicidio criminis causae (figura agravada a pedido de la querella) y robo calificado por el uso de arma operativa. En tanto, Medrano fue acusado de homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma operativa. 

Tanto Cisterna como Medrano volvieron a declararse inocentes tal como ya lo habían hecho en un primero momento del juicio, asegurando que eran amigos de Sona, algo que la familia del joven asesinado desmintieron.

"Tengo la certeza de que ellos lo mataron por todos lo dicho por los testigos que los reconocieron a los dos", manifestó la madre al finalizar la lectura de la sentencia. También enfatizó en negar que su hijo haya sido amigo de Cisterna y Medrano: "No eran amigos. Los conocía porque compartían cancha".

Cba 24 N 19-3-15


PIDEN PERTPETUA

 El fiscal de la Cámara 6ª del Crimen, Marcelo Altamirano, pidió prisión perpetua para el principal acusado del homicidio de Javier Maximiliano Sona y 15 años de cárcel para el otro sospechoso.

El juicio por el crimen ocurrido la noche del sábado 10 de agosto de 2013 en barrio Artigas culmina este lunes, con la lectura de la sentencia de los jurados populares.

El fiscal le atribuye a Luis Ángel Cisterna Gilabert (27), alias "Oreja", haber baleado a Sona para encubrir el robo, ya que la víctima los conocía del barrio.

Por eso pidió que sea condenado por homicidio criminis causae y homicidio agravado por el uso de arma de fuego. En el caso del supuesto cómplice, Héctor Darío Medrano (26), conocido como "Brasita", el fiscal consideró que debe ser condenado por homicidio agravado por uso de arma de fuego.

El abogado querellante Carlos Nayi, quien representa a los padres de la víctima, pidió perpetua para Gilabert y 22 años para Medrano.

Sona repartía lomitos en el barrio a bordo de su moto cuando fue interceptado por dos personas, que lo mataron durante un asalto.

La Voz del Interior 16-3-15


LA HORA DE LA SENTENCIA

A las 9 de hoy comenzará a develarse la suerte de dos acusados de asesinar a un delivery en un intento de asalto que en su momento tuvo amplia repercusión en Córdoba.

A esa hora están previstos los alegatos en la Cámara 6ª del Crimen contra Héctor Darío Medrano (26) y Luis Ángel Cisterna Gilabert (27), quienes afrontan un juicio con jurados populares por la muerte de Javier Sona (25), ejecutado de un disparo en la nuca cuando repartía cuatro lomitos en su motocicleta y dos motochoros lo abordaron para robarle.

Fue poco antes de la medianoche del 10 de agosto de 2013 en barrio Artigas, en el sur de la Capital. La víctima corrió para pedir ayuda y fue ejecutada de un disparo en la nuca. 

Se prevé que el Tribunal escuche los alegatos y dicte sentencia este mismo lunes.

En el transcurso del juicio se conocieron diversos testimonios que aseveran que Cisterna Gilabert al parecer conocía a Maximiliano Sona desde pequeño, cuando ambos jugaban al fútbol en el club Las Flores de la Liga Cordobesa. Incluso se habrían cruzado en otras oportunidades dado que eran de la misma barriada.

Ante esta situación, el querellante Carlos Nayi, quien representa a la familia Sona, solicitó que el acusado sea juzgado por ?homicidio criminis causae?, un delito más grave que implica que el agresor mató para lograr su impunidad (en este caso, para que Sona no lo denunciara) y por eso contempla una pena de prisión perpetua. 

El fiscal de Cámara Marcelo Altamirano coincidió con el querellante y pidió el agravamiento de la acusación contra Cisterna Gilabert, quien afronta de este modo una posible pena más alta que la que podría recibir Medrano, imputado por ?homicidio en ocasión de robo? (de 12 a 25 años de prisión).

?Javito?, como le decían a la víctima, ahorró y compró una pizzería y él mismo hacía los deliverys. Aquella noche fue a entregar un reparto cuando lo mataron.

dIA A dIA 16-8-15 

ALEGATOS EN EL CASO SONA

 juicio por el crimen de Maximiliano Sona (17), el joven delivery de comidas rápidas que fue ultimado de un disparo durante un asalto callejero en Córdoba, entra en su etapa final. El próximo lunes se realizarán los alegatos para los dos acusados en la sala de audiencias de la Cámara 6ª del Crimen de Córdoba.

Luis Ángel Cisterna Gilabert y Héctor Darío Medrano, de 25 y 24 años son juzgados por homicidio en ocasión de robo. Se descarta que el querellante Carlos Nayi, en representación del muchacho, pedirá un agravamiento de la figura penal y, por consiguiente, solicitará la pena de prisión perpetua para ambos. Resta saber si el fiscal Marcelo Altamirano hará lo mismo.

Los acusados declararon ser inocentes del homicidio.

La toma de testimonios terminó el pasado miércoles. Esa misma jornada, a la noche, se realizó una inspección ocular en la calle de barrio Artigas, donde en la noche del 10 de agosto de 2013 Maximiliano fue baleado en la nuca.


La Voz del Interior 13-3-15


PIDEN AGRAVAR LA PENA PARA UNO DE LOS ACUSADOS

Desde hace seis días, la Cámara 6ª del Crimen de Córdoba juzga a dos hombres por el delito de ?homicidio en ocasión de robo? en perjuicio de Javier Sona (25), un delivery que fue ejecutado de un disparo en la nuca cuando repartía cuatro lomitos en su motocicleta y dos motochoros lo abordaron para robarle.

Fue poco antes de la medianoche del 10 de agosto de 2013 en barrio Artigas, en el sur de la Capital. La víctima corrió para pedir ayuda y fue ejecutada de un disparo en la nuca. 

El crimen, que tuvo amplia repercusión en su momento, derivó en una investigación del Departamento Homicidios que culminó con el arresto de Héctor Darío Medrano (26) y Luis Ángel Cisterna Gilabert (27), quienes afrontan un juicio con jurados populares por una imputación que prevé penas de entre 12 y 25 años.

En el transcurso del juicio se conocieron diversos testimonios que aseveran que Cisterna Gilabert al parecer conocía a Maximiliano Sona desde pequeño, cuando ambos jugaban al fútbol en el club Las Flores de la Liga Cordobesa. Incluso se habrían cruzado en otras oportunidades dado que eran de la misma barriada.

Ante esta situación, el querellante Carlos Nayi, quien representa a la familia Sona, solicitó que el acusado sea juzgado por ?homicidio criminis causae?, un delito más grave que implica que el agresor mató para lograr su impunidad (en este caso, para que Sona no lo denunciara) y por eso contempla una pena de prisión perpetua. El fiscal de Cámara Marcelo Altamirano coincidió con el querellante y pidió el agravamiento de la acusación contra Cisterna Gilabert. 

Medrano sigue, por ahora, bajo la misma acusación.

Dia a Dia 9-3-15

La segunda audiencia del juicio con jurados populares por la muerte de Maximiliano Sona, el delivery asesinado de un disparo por la espalda al intentar resistirse a un robo, siguió mostrando testigos reticentes, otros que rayaron el falso testimonio además de otros aspectos de alto impacto.
En este último sentido, al menos dos testigos coincidieron en que la víctima y uno de los acusados, Luis Ángel Cisterna, eran conocidos de antemano, lo que abona la posibilidad que Sona haya sido asesinado por temor a que pudiera identificar a sus victimarios.
La hermana de la víctima, Yanina Sona, testigo propuesto por la querella representada por Carlos Nayi, sostuvo frente al tribunal de la Cámara Sexta del Crimen, que Maximiliano conocía a Cisterna, e incluso este último le había vendido un teléfono celular de origen paraguayo.
Otro dato que se conoció en la audiencia de la víspera, es que la prima de Cisterna trabajaba en el local, en el que Sona era delivery, por lo que era habitual verlo. Esta situación avala la teoría de un profundo conocimiento del movimiento comercial.
La prima de Cisterna, que también declaró ayer, tuvo varias contradicciones, al igual que Mario Godoy, hermano de un testigo detenido por falso testimonio en la primera audiencia. Los dos, notablemente nerviosos e incómodos por la situación, dijeron que sus declaraciones habían sido ?inventadas? por la Policía.
No obstante, Godoy reconoció que Cisterna le había dicho en su casa que dejaran de hablar sobre su presunta autoría del crimen de Maximiliano, ocurrido en agosto de 2013 en barrio Artigas.
El debate, en medio de amenazas, tensión y un importante despliegue de seguridad, continuará mañana.

La Mañana de Córdoba 5-3-15


En la primera audiencia por el crimen de Maximiliano, ocurrido en 2013, uno de los testigos quedó apresado. Otro presencial contó cómo fue asesinado el joven delivery.

La Cámara Sexta del Crimen comenzó a juzgar ayer a los dos acusados por el crimen de Maximiliano Sona, un joven delivery asesinado por la espalda cuando se resistió al robo de su motocicleta.
El debate con jurados populares dio comienzo con la abstención de los imputados y la declaración de dos testigos, uno de ellos presencial del sagriento hecho.
El segundo, que era considerado uno de los testimonios claves, cambió rotundamente sus dichos realizados durante la instrucción, por lo que el fiscal de Cámara, Marcelo Altamirano, pidió su detención, lo que fue avalado por el tribunal, presidido por el doctor Julio Guerrero Marín.
Se prevé que este miércoles se escuchen otras tres declaraciones.


Testigo ocasional
Luego de que se diera lectura al hecho y la acusación que pesa sobre Héctor Darío Medrano (26), alias ?Brasita?, y Luis Ángel Cisterna Gilabert (27), alias ?Oreja?, que se abstuvieron de declarar, fue el turno de conocer los testigos.
En primer término declaró Daniel Peralta, un trabajador de una empresa de transporte de larga distancia que regresaba por su casa en barrio Artigas en la noche del sábado 10 de agosto de 2013.
En esas circunstancias, el testigo indicó que observó a los dos sujetos abordarlo a la víctima. Allí ante el intento de robo, manifestó que existió un intercambio de golpes entre los protagonistas, tras lo que Sona recibió una golpiza.
Sin embargo, logró zafar y escapar, y allí fue cuando le habrían disparado con un revólver calibre 22, a un metro y medio de distancia, por la espalda.
«Qué cagad... te mandaste», contó Peralta que uno de los individuos le dijo al otro, tras el disparo que resonó en la noche.


¿No escuchó lo que escuchó?
En la primera audiencia, el segundo testigo, considerado clave, era Iván Godoy, que durante la etapa de instrucción declaró haber escuchado una supuesta ?confesión? de ?Oreja?.
Según las declaraciones previas, tanto a la Policía como a la Fiscalía de Instrucción, Godoy había manifestado que Cisterna le habría comentado a su hermano que le había pegado un tiro a Sona porque los había reconocido.
Ayer frente al tribunal y los jurados populares, Godoy dijo que no había declarado eso, ya que había sido inventado por la Policía.
Sin embargo, el mismo tenor de declaraciones mantuvo en la fiscalía de instrucción, previo a la elevación a juicio.
Ante esta situación, el fiscal Altamirano pidió que se lo detuvieron por el supuesto delito de ?falso testimonio?, lo que finalmente fue avalado por un lapso de 24 horas por la Cámara Sexta del Crimen.
Medrano y Cisterna están acusados del supuesto delito de ?homicidio en ocasión de robo agravado?, aunque se presume que el Ministerio Público Fiscal como la querella, representada por Carlos Nayi, pedirían un cambio de carátula.

La mañana de Córdoba 4-8-15

 fue un comienzo sencillo el del juicio por el homicidio de Maximiliano Javier Sona (25), el joven delivery de comidas rápidas que en agosto de 2013 fue asesinado de un balazo en la nuca durante un asalto callejero en barrio Artigas, en la ciudad de Córdoba. En la primera audiencia del proceso, en el que dos jóvenes vecinos del muchacho son los acusados, se conoció que hubo amenazas, por lo menos, a la familia de uno de los principales testigos del caso.

El muchacho, quien durante la investigación vinculó claramente a los acusados en el homicidio, quedó detenido ayer por orden del tribunal de la Cámara 6ª del Crimen debido a que cambió varias veces su testimonio ante el estrado y entró en contradicciones. El joven estuvo anoche encerrado en la Alcaidía y hoy quedaría libre.

Paralelamente, su madre, a los gritos, denunció en la puerta de la sala de audiencias que su familia ?fue amenazada?.

Por otro lado, un testigo será llevado hoy a la fuerza para que declare lo que sabe del crimen.

Como si esto fuera poco, una miembro del jurado popular planteó que querría abandonar esa carga pública, debido a que viviría en cercanías de uno de los dos acusados, según confiaron fuentes judiciales.

El juicio se desarrolla bajo fuertes medidas de seguridad.

Jóvenes imputados

En la noche del 10 de agosto de 2013, Maximiliano Sona había llegado en su moto a un domicilio de barrio Artigas, en la Capital, a entregar unos lomitos. En esas circunstancias, fue asaltado por dos motochoros. El joven se resistió a golpes y quiso escapar. Fue entonces que uno de los delincuentes lo mató de un balazo en la nuca.

Los acusados son Luis Ángel Cisterna Gilabert y Héctor Darío Medrano, de 25 y 24 años, respectivamente.

Ambos comenzaron ayer a ser juzgados por el delito de homicidio en ocasión de robo por la Cámara 6ª del Crimen, que cuenta con la participación de jurados populares.

El delito por el que llegaron al banquillo de los acusados prevé una pena de entre 12 y 25 años de cárcel.

Sin embargo, la familia de la víctima, parte querellante, pretende un agravamiento en la figura penal. Concretamente, quieren que sean condenados por homicidio criminis causae (matar para lograr la impunidad), delito que prevé la grave pena de la prisión perpetua.

Amenazas

En la accidentada audiencia de ayer, el momento más tenso se vivió cuando declaró el testigo Maximiliano Godoy, quien durante la instrucción había vinculado a ambos acusados con el crimen e incluso había dicho que uno de ellos le había confesado el homicidio de Sona. Sin embargo, ayer el muchacho dijo que fue ?apretado por la Policía?, aunque no supo explicar por qué había declarado lo que declaró en la fiscalía durante la investigación. Tembloroso y nervioso, el joven entró en contradicciones y terminó finalmente detenido. Su madre dijo que fueron amenazados.


La voz del interior 4-3-15

Los tres eran de la misma barriada del sur de la ciudad de Córdoba, y como tal se habían cruzado en uno u otro momento de sus vidas: de chico, Javier Maximiliano Sona (25) jugó al fútbol en el club Las Flores con Luis Ángel Cisterna (25); de grande, ?Javito? le compró un celular a Héctor Darío Medrano (24).

Tres nombres y un mismo hecho: a partir de este martes, la Cámara 6ª del Crimen de Córdoba juzgará a Cisterna y Medrano por el delito de ?homicidio en ocasión de robo? en perjuicio de Javier Sona, quien fue ejecutado de un disparo en la nuca cuando repartía cuatro lomitos en su motocicleta y dos motochoros lo abordaron para robarle.

Fue poco antes de la medianoche del 10 de agosto de 2013 en barrio Artigas, en el sur de la Capital.

El crimen, que tuvo amplia repercusión en su momento, derivó en una investigación del Departamento Homicidios que culminó con el arresto Cisterna y Medrano, quienes afrontarán un juicio con ocho jurados populares por una imputación que prevé una pena de entre 12 y 25 años de cárcel.

?No buscamos venganza, buscamos justicia. Mucha gente quiere la sangre de los acusados, pero nosotros deseamos que ellos paguen lo que hicieron ante un juez. Queremos justicia, pero una justicia sin concesiones?, dijeron a Día a Día Patricia y Daniel, los padres de ?Javito?. En este sentido, el querellante Carlos Nayi, en representación de la familia Sona, anticipó que pedirá el cambio de carátula a ?homicidio criminis causae?.

Como cualquier joven, ?Javito? tenía un pasado y muchos proyectos en la cabeza. Su pasado lo ubicaba como goleador en los clubes Las Flores y Peñarol de la Liga Cordobesa, donde incluso fue compañero del imputado Cisterna, según el presidente de Las Flores le contó luego a la familia Sona.

El fútbol era su vida. ?Si alguna vez me pasa algo, mami, doná mis piernas para que otro tipo pueda tenerlas y ser tan bueno como yo?, bromeó en alguna ocasión. Después de que fue baleado y los médicos confirmaron que tenía muerte cerebral, su familia cumplió su anhelo de algún modo y donó sus órganos.

Uno de sus proyectos más importantes era vivir con su novia, Tatiana, y para eso trabajaba ocho horas por día como repositor externo en una empresa y, de noche, hacía delivery en una pizzería del barrio.

?Trabajaba muchísimo y con mucho esfuerzo había logrado comprar en cuotas la pizzería. Soñaba con ser el dueño del negocio para prosperar y vivir con su novia?, compartieron sus padres.

Una semana antes del robo fatal, ?Javito? cumplió su sueño y compró la pizzería. Pero como todo era a pulmón, él mismo seguía haciendo los deliverys. Aquel 10 de agosto, una pariente lejana le encargó cuatro lomitos. Sona llegó con su motocicleta a la calle Wenceslao Escalante cuando lo encañonaron dos motochoros. Asustado, intentó correr y le dispararon en la nuca.

El querellante Carlos Nayi aseguró que los acusados ?mataron para procurar impunidad? y por ello mismo pedirá en el transcurso del juicio que la carátula cambie a ?homicidio criminis causae?.Esta figura, ubicada en el inciso 7º del artículo 80 del Código Penal, contempla la pena de reclusión perpetua dado que supone que alguien asesina para asegurarse de que no lo reconozcan y, por ello, lograr su impunidad.En el caso de ?Javito?, Nayi indicó que los imputados Cisterna y Medrano ?conocían a la víctima? y que la ejecutaron para que no los denunciara.

?Los acusados, en su raid delictivo, fueron a asaltar al delivery y se dieron con que era alguien que conocían del barrio. Entonces cuando Javier pidió auxilio y trató de escapar, lo ejecutaron porque los había reconocido?, explicó Nayi.

?Tanto es así que lo reconocieron, que los acusados huyeron del lugar raudamente sin llevarse la motocicleta de Javier ni los 500 pesos de la recaudación?, fundamentó el querellante.Los padres de ?Javito? están de acuerdo. Daniel Sona es empleado judicial en Tribunales II y se pasó la vida trabajando con expedientes de homicidios.

?Veía el sufrimiento de esas familias como algo lejano, pero ahora lo viví en primera persona y sé lo que se siente?, contó.

Dia a Dia 3-3-15

Aquella noche, el muchacho llegó en su moto a un domicilio para entregar cuatro lomitos. Hacía poco que había abierto un local de comidas rápidas, junto a su novia, y él mismo hacía los repartos. En medio de la oscuridad, dos motochoros lo encañonaron. El muchacho se resistió a golpes y quiso huir corriendo para refugiarse. En el desesperado escape, los ladrones lo ejecutaron de un balazo por la espalda. Javier Maximiliano Sona tenía 25 años cuando lo asesinaron en la noche del 10 de agosto de 2013. Fue en barrio Artigas, de Córdoba capital.

Dieciocho meses después, mañana comenzará en los Tribunales locales el juicio contra dos jóvenes acusados de haber asesinado a Sona. Ambos tienen prácticamente la misma edad de la víctima y les espera, de ser hallados culpables, durísimas condenas de prisión.

Luis Ángel Cisterna Gilabert y Héctor Darío Medrano, de 25 y 24 años respectivamente, serán juzgados por la Cámara 6ª del Crimen, con la participación de jurados populares. Los juzgan por homicidio en ocasión de robo, que prevé una pena de entre 12 y 25 años de cárcel.

Los padres de la víctima, Patricia Agüero y Daniel Sona, serán parte querellante. Patrocinados por el abogado Carlos Nayi, quieren que el caso encuadre en una figura más grave: el homicidio criminis causae ; cuando se mata a alguien para lograr la impunidad. Este delito, en caso de condena, prevé la prisión perpetua.

MÁS INFORMACIÓN

La voz del interior 2-3-15

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