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Los falsos positivos del comisario Márquez - paso


Los comisarios Pablo Alejandro Márquez y Ariel Ávila, quienes cuentan con delicadas causas en la Justicia provincial y federal, respectivamente, fueron pasados a retiro obligatorio por decisión de la Junta de Promoción de Ascensos y Retiros de la Policía de Córdoba, y con la firma final del gobernador José Manuel de la Sota.

Márquez espera ser juzgado por un tribunal provincial por supuesto abuso de autoridad. Puntualmente, está acusado de haber mandado y obligado supuestamente a subordinados de un Comando de Acción Preventiva (CAP) a detener inocentes en la calle para llenar planillas y mostrar buen desempeño ante sus superiores, en la ciudad de Córdoba.

Ávila, en tanto, es investigado por la Justicia federal por haber supuestamente falsificado exhortos judiciales para obtener sábanas telefónicas y luego presuntamente comercializarlas a terceros (como investigadores privados) sin que mediaren investigaciones judiciales de por medio.

Ávila, hasta no hace mucho, estaba al mando de la División de Delitos Complejos, un área clave dentro de la Policía provincial.

Pasados a retiro

Márquez y Ávila (inocentes hasta que la Justicia demuestre lo contrario, por cierto) integran la nómina de 39 comisarios (nueve de ellos mayores) que fueron pasados a retiro forzoso en las últimas horas. Muchos de ellos fueron jubilados por haber cumplido más de 20 años de servicio, otros por ser "ineptos" (según dice la ley 9.728 del personal policial), otros por cuestiones personales, otros por faltas administrativas y otros por tener cuentas pendientes con la Justicia.

Ávila viene siendo investigado desde 2009 por la fiscal federal Graciela López de Filoñuk. Luego de haber estado licenciado, fue ascendido en rango y cargo. En 2014, luego de que la Cámara Federal de Apelaciones confirmara el procesamiento contra el comisario mayor, el jefe de Policía, Julio Suárez, decidió ponerlo en pasiva. Hoy, está jubilado.

El comisario Márquez espera un juicio como supuesto autor de los delitos de coacción y abuso de autoridad. El fiscal Pablo Molina lo acusó de ordenar detenciones arbitrarias para mejorar estadísticas de un CAP que tenía a su cargo. Hasta 2014, luego de haber estado dos años en pasiva, se desempeñaba en la Dirección de Departamentales Sur de la Policía de Córdoba.

Márquez fue denunciado por una oficial, quien denunció que el comisario solía "premiar" a los policías que detenían más personas en la calle y exponía sus fotos en la base del CAP como los empleados del mes de una empresa de comidas rápidas.

Otros que se van

Por otra parte, también fueron pasados a retiro los comisarios mayores: Héctor Rubén Contrera, Oscar Benjamín García, Sara Gladys Gómez, Antonio Gerónimo Heredia, Jorge Luis Huss, Julio Humberto Aranda, Oscar Enrique Castillo y José Héctor Novillo. La nómina de retiros obligatorios también abarca a los siguientes comisarios inspectores: Daniela Alejandra Adán, María del Carmen Baldovino, Alberto Barrionuevo, Hugo Alberto Cejas, Juan Carlos Cepeda, Raúl Edgardo Farías, Maximiliano Fabián Gaitán, José Audicio Martínez, Julio César Pregot, Patricia Mónica Sosa, Héctor Alejandro Valdez, Sergio Nicolás Valenzuela, Juan Carlos Contreras y Flavio Daniel Sosa.

También son de la partida los comisarios: René Fabián Nieto, Karina Alejandra Avendaño, Mario Renso Ayala, Daniel Avelino Contrera, Claudio Fabián Herrera, Claro César Luna y Daniel Edgardo Luna.

Ascenso

En otro orden, se registraron ascensos en las filas policiales. Hay 16 nuevos comisarios mayores y 70 comisarios inspectores.

La Voz del Interior 5-3-15


En los primeros días de enero de 2011, el comisario Pablo Márquez reunió a sus oficiales y les describió cuáles eran sus aspiraciones: ?Quiero ser protagonista. Estoy avalado por mis superiores y pienso dedicarme a hacer números, así que necesito que las patrullas me empiecen a traer detenidos, con o sin causa?. Así lo recuerda ?y lo declaró ante la Justicia? uno de los sargentos que apoyó las denuncias contra el comisario cuando estaba como jefe del CAP 6.


?Nos mandaban a hacer ?cargas de detenidos??, declaró otro de los sargentos, que dijo también que sólo haciendo esas cargas era posible salir a las 7 de la mañana y no ser castigado con recargos.


?Nos decían que trajéramos a cualquier salame?, recordó otro oficial con subordinados a su cargo. En tanto, un cabo primero le explicó al fiscal hasta dónde llegaba la supuesta exigencia de Márquez: ?Él quería detenidos. No quería que le trajéramos ni motos, ni bicis, ni autos menores secuestrados porque no le sumaban para la numeraria que le pedía la superioridad?.


Nueva imputación. En base a estos testimonios es que el fiscal del Distrito 1 Turno IV, Pablo Molina, resolvió ayer imputar al comisario Pablo Márquez por ?abuso de autoridad? acumulando dicha imputación con otra similar que pesa sobre el mismo comisario.


Márquez está acusado de obligar a sus subordinados a detener inocentes con el objetivo de elevar estadísticas y mostrarle a sus jefes falsos resultados positivos. La primera denuncia que trascendió contra el comisario se conoció en diciembre de 2011 cuando una oficial denunció que Márquez la había amenazado con ?hacerla boleta? si no aceptaba obligar a los subordinados a detener personas.


La primera imputación contra Márquez la ordenó la fiscal Dolores Romero Díaz, quien también descubrió que otros dos policías (uno en marzo de 2011 y otro en junio del mismo año) habían denunciado por lo mismo al mismo jefe. Es justamente por la primera de esas denuncias que ahora el fiscal Molina decidió imputar a Márquez por abuso de autoridad.


El código de faltas. Ese otro policía es, según informó la fiscalía, Jesús César Calvo quien en su testimonio declaró que Márquez obligaba a cada guardia (el grupo de policías que estaban de turno) a llevar ?por lo menos tres detenidos por guardia? y que para eso los estimulaba a utilizar el Código de Faltas.


Calvo afirma que aunque la causa de las detenciones era el Código de Faltas, la situación ?era forzada por el propio accionar policial?. Según el sargento, de 39 años de edad, los dos artículos del código de faltas más usados eran los referidos al merodeo y al escándalo en la vía pública.


Según los testimonios de los policías, el accionar de Márquez habría contado con el aval del superior directo del comisario que era el comisario inspector Daniel Valverde. Calvo no sólo denunció el hecho en la Unidad Judicial 14 sino que también lo hizo ante el Tribunal de Conducta Policía, donde le receptaron la demanda, pero no hicieron nada.


La mayoría de los 13 policías que testificaron apoyando la denuncia de la primera denunciante, comenzaron a ser llamados después de eso ?los traidores? y su compañía ?la compañía de los traidores?.


Esos ?traidores?, que serían los únicos que hicieron lo que correspondía denunciando un acto ilegal, son los que le contaron también al fiscal que a partir de un momento en que comenzó a criticarse mucho en los medios de comunicación la figura del merodeo, la recomendación fue utilizar otros artículos del Código de Faltas para realizar detenciones.


?Como el merodeo estaba muy quemado, ya que todo el mundo y la prensa misma hablaba todo el tiempos de eso, la recomendación era inventar la figura del escándalo que era la más fácil?, dijo otro de los declarantes.


En la práctica eso implicaba agarrar a inocentes en la calle y hacerlos reaccionar para poder detenerlos y llevarlos a la comisaría.


Privación ilegítima de la libertad. El castigo que los policías dicen que recibían cuando no detenían a la cantidad de gente que presumiblemente exigía Márquez, era la sobrecarga de trabajo.


Los 13 testigos dicen que eran obligados a quedarse en la dependencia entre dos, seis y hasta ocho horas como castigo por no haber alcanzado el número de falsos positivos que supuestamente les exigía Márquez.


Según el abogado de la denunciante inicial, Carlos Nayi, quien ha seguido el caso muy de cerca y estuvo presente en todas las declaraciones testimoniales, eso podría incurrir en el delito de privación ilegítima de la libertad.


¿Y los jefes? En todos los testimonios se hace referencia a que Márquez actuaba con el aval de los jefes, y de los ?jefes de los jefes?. En los interrogatorios, las preguntas del abogado Carlos Nayi apuntan a tratar de probar esa confección y varios de los testimonios lo confirman.


?Necesito que las patrullas me empiecen a traer detenidos con o sin causa?, les habría dicho Márquez a sus subordinados al poco tiempo de asumir.


?Él quería detenidos. No quería que le trajéramos ni motos, ni bicis, ni autos menores secuestrados porque no le sumaban para la numeraria?


?Como el merodeo estaba muy quemado, ya que todo el mundo hablaba de eso, la recomendación era usar la figura del escándalo que era la más fácil?.


¿Quién controla a los policías?


Dante Leguizamón

dleguizamon@diaadia.com.ar

Dia a Dia


Cuando llegó a la jefatura, Alejo Paredes anunció ?con bombos y platillos? que iba a controlar a las patrullas con un sistema satelital para saber qué hacían. Ese sistema, llamado ?ABL?, ya no funciona y aunque se firmó un convenio con una empresa para reactivarlo, todavía no puede consultarse.


Otro anuncio del hoy ministro de Seguridad fue la instalación de cámaras que permitirían controlar las ?zonas complicadas?. Sin embargo, en las últimas semanas dos fiscales investigan presuntos casos de abuso policial (por la desaparición de Facundo Rivera, a quien algunos lo vieron por última vez con policías, y los golpes que le habrían propinado otros policías a Emiliano Cáceres), pero resulta que ninguna de esas cámaras funcionan.


Ahora, vuelve a tomar fuerza la sospecha de que algunos jefes ordenaban detener a inocentes simplemente para producir falsos números positivos. 

Todo, por separado, es grave; pero junto resulta mucho más preocupante y obliga a hacerse una pregunta: ¿Quién controla a los policías?


Hasta el momento nadie del Estado mayor, ni del Ministerio ha dicho una palabra de estos temas. Seguiremos esperando.