Los oscuros ojos de la mujer se inundan de lágrimas y su boca hace una mueca ahogada de dolor. No llora esta vez. Lleva días, largos días, llorando. Sin embargo, su mirada es de desolación.
?¿Cómo hacemos para seguir adelante? ¿Cómo se hace? ¿Eh??, se pregunta Eloísa. Y nadie le ?da respuestas. Quién podría dárselas.
?Justo cuando estábamos saliendo adelante... Justo que este año nos estábamos recuperando... Justo que habíamos aprendido a encontrar un poco de paz?, dice su esposo, Ricardo, y se calla para ahogar su propio llanto. El hombre tiene dos crucifijos pendiendo del cuello.
Hubo una vez que los Villafañe eran una familia completa, entera, en su barrio Estación Flores, en la ciudad de Córdoba.
El destino, la desgracia, la vida, se encargaron de romperlos y colocarlos en el peor momento de sus existencias. En poco más de tres años, dos hijos adultos murieron de la peor manera.
El 22 de diciembre de 2013, José Villafañe (32) se ahogó tras ser arrastrado por una crecida del río San Antonio, en Cuesta Blanca. Su cadáver fue encontrado en Nochebuena.
Su hermano Pablo Javier también fue arrastrado por la fuerte correntada de barro y ramas aquel domingo, pero alcanzó a sobrevivir.
Nunca pudo superar su cargo de conciencia por no haber podido salvar a su hermano. ?Lo tenía agarrado de la mano, pero el agua me lo llevó?, se le escuchaba repetir a menudo.
Pese a todo, Pablo sabía en su fuero íntimo que había vuelto ?a nacer. Lo sabía él, lo sabían los suyos.
Tres años y cuatro meses después, la muerte volvió a cruzársele en su camino. Esta vez ?no zafaría.
MIRÁ. Salieron a divertirse y no regresaron nunca más
Baile trágico
Una avalancha en medio de la caótica entrada a un baile de su ídolo Carlos ?la Mona? Jiménez (66), en la madrugada del sábado 15 de este mes en el Club Sargento Cabral, de barrio San Vicente (al este de la ciudad de Córdoba), terminó por llevarlo a la muerte.
Pablo había ido a divertirse, como siempre hacía, con su grupo de amigos. Pero jamás regresó a su casa.
El muchacho, de quien sus padres juran que era sano, murió sofocado en la cama del hospital al lo llevó un patrullero, ya que en el baile no había ni médicos ni ambulancias.
Ahora, la Justicia intenta determinar si Pablo (33) se descompuso, como se cree, por el aglomeramiento, las avalanchas de la entrada al baile y los pisotones.
Hoy, Ricardo y Eloísa Villafañe, junto con sus otros tres hijos (Claudia, Ángel y Marcos), quieren y reclaman justicia, para que el drama registrado en el Sargento Cabral no quede impune y se castigue a los responsables.
¿Quiénes? Para la familia y su abogado Carlos Nayi, los dardos recaen sobre Jiménez, sus productores, los responsables del lugar e incluso la Municipalidad, encargada de controlar los espectáculos públicos que hay en la ciudad.
Expectativa, caos y baile
Tras una larga convalecencia de su operación de cuerdas vocales, ?la Mona? había vuelto a los escenarios semanas atrás. Sin embargo, aquel viernes 14 de este mes volvía al Sargento Cabral y la expectativa para sus fanáticos era enorme.
Pablo era uno de ellos. De hecho, había comprado con antelación la entrada de 110 pesos para ir con amigos.
El muchacho estaba ansioso, a su vez, porque ese sábado su amado Talleres jugaba contra Belgrano en el Kempes. Un maldito partido que, a su vez, se cobraría otra vida joven de una forma cruel y absurda, como la de Emanuel Balbo (22), uno de cuyos hermanos también había muerto de forma trágica tiempo atrás.
Las semanas eran de trabajo con su padre Ricardo en la fábrica. Los fines de semana eran para Talleres, las motos o jugar al fútbol con sus amigos Los Torino. Y ?la Mona? era su gran pasión desde chico.
?Nunca nos gustó que fuera ?a esos bailes?, dicen ahora sus padres. ?Una novia había logrado alejarlo de Jiménez y lo llevaba a otros lados?, cuenta su madre Eloísa.
?No es que haya tenido alguna vez un problema o se haya peleado con alguien. Sólo que nos daba miedo: uno ve tantas noticias malas?, agrega su padre.
Aquel viernes, Pablo se despidió de ellos y, antes de cerrar la puerta de calle, le dijo a su hermana Claudia: ?Si querés, acostate a dormir con Kio (hijo de ella) en mi cama?. Y se marchó.
Ya eran las 2 del sábado 15 cuando Pablo y sus tres amigos quisieron entrar al salón. La situación era caótica.
A diferencia de otras veces, Jiménez esta vez comenzó a actuar antes (siempre lo hace a las 2.45), lo que disparó la ansiedad de una gran cantidad de fans, que comenzaron a empujar a quienes intentaban entrar.
La montonera, el caos, los empujones, la pequeña entrada y una aparente falla seria del operativo derivaron en avalanchas y personas aprisionadas y heridas. Pablo terminó siendo la única víctima fatal. El baile siguió con toda normalidad.
Descompuesto, lo sacaron por una ventana, y los policías lo ?depositaron en la vereda, mientras se daban cuenta de que no había ambulancias. Tampoco ?médicos.
Un oficial intentó reanimarlo. Pablo no tenía zapatillas. No era que se las hubieran robado, como al hincha de Belgrano. Él las había perdido en el descontrol del ingreso al baile.
Como las ambulancias no arribaban, finalmente lo cargaron en un patrullero y lo llevaron al Hospital de Urgencias. Tras una hora de reanimación, los médicos constataron que ya no había nada más por hacer.
Eran las 4 del sábado cuando sonó el teléfono en la casa de los Villafañe. ?Pablo tuvo un accidente?, escuchó Ricardo, y partió como un rayo.
?La estamos peleando. Su hijo está muy grave?, le dijo un médico al llegar. Al poco rato, el corazón de Pablo no aguantó más.
Dolor, bronca, justicia
Los padres están devastados. No hay consuelo. Perdieron a dos hijos de forma trágica en tres años.
El caso de Pablo los empuja a reclamar justicia e ir hasta las últimas consecuencias. ?Fallaron los controles, hubo desorganización, no había ambulancia. Se podría haber evitado?, dice Ricardo.
Los Villafañe aseguran que no quieren dinero. ?El día del velorio, vino la exmujer de ?la Mona? (Juana Delseri) a ofrecernos ayuda. No queremos su dinero?, agrega el hombre.
El abogado de los padres, Carlos Nayi, reclama que el caso sea caratulado como homicidio con dolo eventual. ?Hubo desprecio por la vida en ese baile. Pablo murió y siguió el baile. Jiménez nunca paró?, denuncia.
Eloísa, la mamá, no tiene paz. ?Queremos justicia, que esto no vuelva a pasar. Queremos que esto no le pase a otro joven como Pablo. No los cuidan?, sostiene.
El caso Villafañe
En el baile. El sábado 15 por la madrugada, Pablo murió en una avalancha. Pablo Villafañe tenía 33 años. El viernes 15 de este mes, a la noche, fue al estadio Sargento Cabral, de barrio San Vicente, de la ciudad de Córdoba, para asistir a un baile del cuartetero Carlos ?la Mona? Jiménez. Cuando intentó ingresar, ya en la madrugada del viernes, fue víctima de una avalancha. Cientos de personas pasaron por arriba de él y pese a que fue llevado en un patrullero hasta el Hospital de Urgencias, murió. El primer fiscal, Pedro Caballero, se apartó, ya que conoce al empresario que organizó el baile, Rubén Bravi, y al abogado de la familia Villafañe, Carlos Nayi. El expediente recayó en la fiscal Milagros Gorgas, que recién esta semana tendrá un informe completo de la autopsia para saber las causas reales de la muerte de Villafañe. Hasta ahora, sólo se conoció que falleció por ?insuficiencia cardiorrespiratoria?. No hay imputados.
La Voz del Interior 23-4-17
Mayra, una de los asistentes al trágico show de ?la Mona?, relata la pesadilla que sufrió. La chica dice que falló la organización, que hubo ?muchas? víctimas y descontrol en la entrada.
A sus 26 años, Mayra siente que el pasado fin de semana volvió a nacer. Motivos no le faltan.
Fue una de los tantos fans que concurrieron a reencontrarse con su ídolo Carlos ?la Mona? Jiménez, pero no sólo que no llegó a disfrutar del baile sino que, por el contrario, terminó golpeada y pisoteada tras ser empujada y caer en el pandemonio en que se había convertido la entrada al local de barrio San Vicente de Córdoba.
Tanto ella como otros sobrevivientes no dudan: hubo al menos una fuerte avalancha en la entrada al salón por parte de quienes querían ingresar apenas Jiménez comenzó a cantar. Una organización no aceitada, y hoy bajo la lupa, complicó todo lo demás.
El show, que siguió y concluyó normalmente, no pudo ser peor.
Uno de los fans, Pablo Javier Villafañe (33), murió tras ser aprisionado y, según las sospechas de la investigación, producto de una sofocación derivada de una de las avalanchas en la caótica entrada.
La fiscal Milagros Gorgas espera resultados forenses complementarios para determinar por qué finalmente murió.
Mayra, una de los sobrevivientes del Sargento Cabral, tiene muy latente aquella pesadilla.
?Fue una cosa espantosa. Hubo una avalancha muy fuerte y pensé que me moría. Primero fue una montonera enorme y la gente empezó a empujar. Me caí al piso, me pisaban todos, me cuidaba de que no me pisen la cabeza. Me concentré en respirar para no morir?, le cuenta Mayra a La Voz , con la mirada fija en un punto lejano.
?Mientras estaba en el piso, ya en la entrada al salón, vi a otro chico tirado que no se movía? Creo que era ese muchacho, Pablo, que murió?, agrega la chica.
Estudiante de los últimos años de Arquitectura, esta cordobesa sigue a ?la Mona? desde hace tiempo, junto con amigos. El Sargento, afirma, ?fue siempre? un lugar tranquilo. ?Cero incidentes, cero peleas, nada que ver con otros lados. Por eso iba siempre y nunca había problemas?, afirma.
Descontrol y drama
El viernes era una noche especial. ?la Mona? volvía al ?Monumental? tras una operación de cuerdas vocales. La expectativa era mayúscula. Las entradas a 110 pesos aún se vendían. El local con capacidad de poco más de 5.000 personas latía. ¿Hubo gente de más? No está claro.
?Llegamos a las 2, ya del sábado, y había desorden en la entrada. En vez de dividir en filas a hombres y mujeres, había un solo grupo de gente amuchada. No nos pedían la entrada y comenzamos a pasar entre las vallas. De pronto, no dejaron pasar a más gente y entonces los de atrás comenzaron a empujar??, dice la chica.
Jiménez empezó a tocar y la gente se desesperó más. ?Hubo una avalancha fuerte y nos aprisionaron a todos. ¡Era tal el amontonamiento que no pisaba el piso! Después, hubo más empujones y me caí? Mucha gente se cayó. Hubo muchas chicas heridas y nadie lo dice?, afirma Mayra.
?Mucha gente me pasó por encima y yo gritaba. Al rato, un policía me agarró de los brazos y me salvó. Si no hubiera sido por él, creo que me moría?, agrega. Mayra cuenta que sabe, por amigos, que Jiménez no suspendió el baile, pero pidió calma en el show.
La joven enfatiza un punto no menor del show: no había ambulancias ni médicos en el lugar.
Un amigo la llevó al Hospital de Urgencias. ?Me revisaron y me curaron. Tenía un fuerte golpe en la pierna. Había más gente lesionada, del baile...?, acota Mayra?.
La joven, quien dice sentirse decepcionada de su ídolo, cuenta que lo sucedido fue ?tan grave? que los organizadores dejaron de transmitir el show en vivo en la página de Facebook del músico.
Testigo y declaración. El abogado Carlos Nayi, representante legal de la familia del joven fallecido, la ofreció como testigo en la causa. Declarará en pocos días.
La Voz del Interior 20-4-17
